Aportes para abordar el malestar educativo actual en tiempos de lazos virtualizados

[Primera temporada: Abril a Diciembre 2020]

Vamos promediando diciembre, mientras se asoma la necesaria pausa, necesaria porque hemos trabajado, transitado mucho!
Porque la irrupción de lo inesperado primero nos sorprendió, pero muy rápidamente le cedió paso a un hacer y des-hacer, cada vez, para volver inventar; el desconcierto le fue haciendo lugar al desafío y también al desencanto o al desasosiego, pero también a la sorpresa.
En estos días mientras transcurren las muchas, muchas invenciones que se siguen produciendo, vamos escuchando balances y reflexiones a partir de las huellas que se van dibujando para cada quien, los aprendizajes que se van resignificando a medida que se acerca la pausa. Lo que decanta de lo ya transitado se va nombrando y mostrando.
Así lo testimonian las voces, los cuerpos presentes en las escrituras, audios, videos que les compartimos. Silvina Fernández nos sigue acompañando ahora con sus reflexiones sobre la «presencia en la virtualidad», presencia que toma cuerpo, como ella misma dice, en la materialidad de los objetos culturales que intercambiamos y que generan efectos en esos otros cuerpos que habitan más acá y más allá de pantallas.
Ella misma nos acerca las enseñanzas de Otoño, ese niño- maestro de primer grado, que va soltando su bordar poético, y que nos evoca las palabras que nos regala en esta misma entrega nuestra colega Ana Lía Yahdjian cuando nos recuerda las palabras de Freud (1907) en su bello texto “El Creador literario y el fantaseo”
¿No deberíamos buscar ya en el niño las primeras huellas del quehacer poético? La ocupación más intensa del niño es el juego. Acaso deberíamos decir: todo niño que juega se comporta como un poeta”.
Son palabras que resuenan en la enorme producción Bitácora 9 que nos acerca, realizada por docentes del Normal 9 (p.76), uno de los 29 laboriosos Institutos de Formación Docente de la ciudad de Buenos Aires, también en tiempos de pandemia. Allí una polifonía de voces de docentes y estudiantes, nos acercan generosamente sus invenciones, sus bitácoras de viaje. ¿Cómo es hacer «trabajo de campo», en tiempos de pandemia? ¿Cómo habitar el dispositivo «Ateneo» de manera virtual? Y ella misma, nuestra compañera Ana Lía, a propósito de esta modalidad de trabajo comparte una idea que nos deja mucha tela para seguir cortando: «…encontramos valiosas las formulaciones del psicoanalista Jacques Lacan que, en su seminario 1 del año 1954 (…), propone al dispositivo como lo que promueve al pensar, definiéndolo como lo que presenta «una capacidad de maniobra tal que es posible imprimirle cualquier tipo de movimiento» (p.27).
Y a propósito de la capacidad de imprimirle la posibilidad de cualquier tipo de movimiento a cualquier dispositivo al que recurrimos para poner en función ese lazo frágil y resistente a la vez, llamado vínculo educativo, Georgina Bosio, maestra de 1° grado en una escuela de Bariloche nos muestra en lo que dio en llamar “Eso que dice la falta”, su asombro y descubrimiento junto a esa niña empeñada en contar las patas de la araña, esas que no están!
» Es que acá le faltan patas, seño», le falta una acá y otra acá- apunta la niña. Miro con extrañeza a mi alrededor- piensa la maestra. Miro, buscando una respuesta. «Ella cuenta la falta», susurro. Si –agrega-. Es que La falta cuenta.
Y en torno a la falta de saber con la que nos confrontó este tiempo de lazos virtualizados, seguimos tejiendo saberes en movimiento, que irán decantando a medida que sigamos construyendo los escenarios necesarios para acompañar los tiempos en los que nos toca vivir y educar.
Agradecemos a nuestra colega Bárbara Frohman quien nos acerca una mirada niña, la de Tita y su amigo Budín, y a las palabras de Analía Devalle que la acompañan, de las que nos servimos para dar cierre a este año de Lazos virtualizados: “un gesto inventado para alojar aquello que irrumpió e interrumpió nuestra habitualidad”.
Para seguir inventando con lo transitado, nuevas cotidianeidades.

Perla Zelmanovich
Diciembre de 2020

Abrimos este espacio allá por el mes de abril, como un impulso; al calor de la necesidad de compartir ideas, después supimos, intentado recubrir con Reflexiones (ver más) y experiencias ese real que significó ubicarnos abruptamente en un escenario impensado. Circularon al comienzo muchos Enlaces de interés (ver más), de escrituras amigas y urgentes que nos permitían empezar a tomar alguna distancia para pensar, para pensarnos. Éstas, de a poco, fueron cediendo lugar a las Escenas (ver más) y a las reflexiones, donde la urgencia devino experiencia. Fue tomando cuerpo en las voces y en las escrituras de quienes hacemos parte de esta comunidad de ideas, en torno al psicoanálisis comprometido con el transitar de nuestra época, en amistad de diálogos necesarios con otros discursos. El arte y la ficción también se hicieron presentes, siempre tocando esa cuerda que hace vibrar lo más íntimo.

Muchas escenas, historias, estados de ánimo se fueron sucediendo en apenas cuatro meses, con la vivencia subjetiva de un tiempo que transcurrió a toda velocidad entre desasosiegos y hallazgos. El receso invernal puso una pausa obligada, pausa necesaria en el tiempo continuo que permitió tomar aire para continuar, ahora con mucho transitado, y también por transitar. Advertimos en este tiempo las insistencias de aquello que ya venía aconteciendo, y también la novedad, bajo la lupa de las nuevas coordenadas.

En abril, el primer mensaje de la autodenominada “maestra por whatsapp” nos entregó la primera chispa de inspiración. Hoy, abriendo esta segunda etapa de nuestros “Lazos virtualizados”, llega también de su mano la voz de la mamá de Zoe, quien nos anticipa que algo se fue velando, juegos, ficciones y otros insumos que ofrece la escuela whatsappera mediante, cuando da tiempo al consentimiento subjetivo. Entonces, Zoe amanece con un deseo decidido anticipándose ella al regreso de la pausa invernal:

 

Para decidir por dónde seguir y elegir el modo…

 

(título whatsappero decidido el 28 de julio, cuando Silvina Fernández nos entregó esta nueva inspiración…que hoy es apertura)

Dra. Perla Zelmanovich
FLACSO-IICSAL-CONICET

Agosto 2020

“(…) Hace días pensaba en escribirte para saber cómo estabas y contarte cómo veo resignificados en este momento tantos conceptos compartidos. Lazo social, Otro, lo real, la pulsión de muerte, lo fraterno…me impresiona la re-dimensión que toman y agradezco siempre la formación compartida a partir de la cual miro ahora más? mejor? al menos distinto!!! Aquí aprendiendo a ser maestra por WhatsApp con baja conectividad, haciendo cuerpo a partir de las voces de los audios y recopilando escenas que me ayudan a ver cómo seguir. Te mando un cariño enorme (…)» 

3 abr. 2020 Silvina Rita Fernández, ex cursante de la Especialización en Cs. Sociales con mención en Psicoanálisis y Prácticas-socioeducativas. Bariloche, Argentina.

“Aportes para abordar el malestar educativo actual” es el sintagma con el cual inauguramos nuestro programa de Psicoanálisis y Prácticas Socioeducativas en el año 2007, que es un enunciado y también una práctica que sostenemos y refrendamos más de una década después. Parte de las reflexiones se hicieron cuerpo en varios artículos de investigación sobre la «Presencia en la virtualidad» (ver más). Hoy nos toca ensayar nuestros aportes al calor de estos tiempos de lazos educativos virtualizados, cuando una pandemia que se nos fue instalando de a poco como certeza, nos interpela en nuestras vidas cotidianas e inunda todos los lazos, no sólo los educativos.

Entonces volvemos sobre nuestros pasos con el psicoanálisis en una perspectiva transdisciplinaria, para explorar una vez más la fertilidad de sus aportes a lo que nombramos como una “clínica socioeducativa” (ver más), hoy para pensar y abordar este malestar que transitamos.

Volvemos así sobre la idea de que hay un malestar en la cultura, Frued mediante (1930), que es estructural e ineludible, porque somos seres de lenguaje, y a diferencia del de las hormigas o el de las abejas, el que nos habita y habitamos es del reino del malentendido, del chiste, del doble sentido. Es del reino de las polisemias, que se expresan en las instituciones educativas en los mil y uno malos entendidos, y en la inevitable necesidad de lidiar con los conflictos que emergen en los lazos, que son una de las tres fuentes de ese malestar ineliminable, junto con el que deviene por el deterioro del cuerpo y de lo que imponen las fuerzas de la naturaleza (Freud dixit).

Pero es precisamente sobre esa falla estructural donde se asientan las invenciones y la cultura. Decimos entonces que “porque hay malestar hay cultura”, de allí la fertilidad de esa falla.  Se trata de un malestar que no es histórico, aunque en cada momento se anuda a otro, que sí lo es, y que hoy nos encuentra en estas circunstancias tan particulares.

Ambos conviven hoy en las casas, quienes tenemos el privilegio de contar con ellas, casas donde los malestares estructurales enlazan y conviven con lo nuevo. Y en esta espira, la de nuestra época, tratamos de asumirla para ir aprendiendo a hacer con lo que nos toca, donde el malestar estructural necesita actualizarse cada vez.

Aprendemos escuchando, y escuchándonos, hoy más que nunca. De allí que ofrecemos este espacio, que tratará de ser dinámico como la realidad misma que estamos viviendo, pero con la mesura de no dejarnos llevar por una vorágine que nos deje “pedaleando en el aire”, como resuena en una de las notas (ver más) que recogimos, y que nos recuerde, como dice otra de las notas, que también lo que vendrá después será “la disputa por el relato” de “esta obra de teatro que escribimos mientras estamos en el escenario”, como supo metaforizar uno de los epidemiólogos que son parte de quienes nos están cuidando por estas latitudes.

Aquí van entonces algunos enlaces de interés (ver más) que fuimos compartiendo en nuestro equipo y algunas resonancias que nos van llegando de quienes han transitado en estos años la experiencia de abordar el malestar educativo actual desde los propios zapatos de cada quien, para que la piedra que hace obstáculo se haga piedra en el estanque, que haga sus resonancias, sus movimientos con las lecturas y escrituras que compartimos. Llega entonces desde Bariloche un mensaje que nos alienta a seguir pensando con ambos malestares para buscar la manera de abordarlos cada vez.

Y se abrió así una nueva ronda de intercambios con la “maestra por wasap”, para compartir este nuevo desafío, en tiempos de lazos educativos virtualizados. Gracias, gracias, Silvina Rita Fernández, desde el alto de Bariloche, donde estar en la casa no es tan confortable como el lugar desde el cual escribo estas líneas.

Dra. Perla Zelmanovich FLACSO-IICSAL-CONICET Abril 2020