Primer balance de este tiempo incierto
Primer balance de este tiempo incierto
(Ver anteriores escenas: Mediaciones Simbólicas/Cuerpos hablados, cuerpos hablantes/Maestra por Whatsapp)
Silvina Rita Fernández
silvinarita.fernandez@gmail.com
Egresada del Diploma Superior en Psicoanálisis y Prácticas Socio-educativas
Maestra de primer grado de una escuela pública de gestión social de la periferia de Bariloche.
Creo que la tarea de este tiempo ha sido la tarea de significar este encargo, construir un sentido.
¿Cuál era el encargo? seguir siendo escuela sin compartir un espacio un tiempo, ni presencia corporal y hacerlo a través de un medio tecnológico, en nuestro caso uno sumamente limitado como es el teléfono celular y el whatsapp.
Esto fue proponernos un enigma, el enigma de cómo llegar a es@s niñ@s mediados por un aparato, mediado a su vez por un@ adult@, y sabiendo que no sólo quiero saber cómo están como una mera cuestión humanitaria, sino que quiero ofrecer algo que tenga que ver con lo que hace la escuela: que es hacer lazo con la cultura y los contenidos de la cultura. Yo no quiero resignar eso, porque creo que resignar eso sí es ampliar la desigualdad, que no es sólo educativa pero que también es educativa.
Quiero que entre nosotros haya algo de eso que se llama aprendizaje.
Pero las respuestas vienen en grajeas, como pequeños triunfos provisorios sobre un no saber de base, muchos no saber qué fue, que pasó…porque adrede dimos esa libertad, porque el marco no puede ser de forzamiento y eso lo teníamos claro. No queríamos resistencia sino apertura.
Es como tirar piedritas al lago y no saber si hace patito… qué pasa con las ondas expansivas.
Algo quizás sabremos al regreso. Recuperar relatos al regreso será muy importante para hilvanar todo lo que nos queda suelto.
Siempre la interpretación de lo que sucede es fallida pero ahora más.
La tecnología aumenta un poco la sensación de comunicación. Yo mando el otro recibe…pero puede no pasar nada porque no veo los signos de afectación de ese cuerpo, o al menos los leo limitadamente cuando me los comparten (vocecita en audio, foto del cuaderno). Lo más genuino se me presenta como la voz.
También hay efectos que se leen semanas después (ella está escuchando los cuentos para dormirse, ahora tiene una nueva costumbre…).
Si no hay enigma no hay nada para leer, por eso este tiempo despertó en mi más ganas de lectura, de saber lo que pasa, de explicar lo inexplicable, una invitación a producir nuestros propios sentidos y dejarlos como una huella material, viñeta, audio, foto, escritura. Creación de mucho, mucho material didáctico.
“Leer es construir sentido, dice Graciela Montes, nos hace humanos o sea rebeldes, aunque muchas veces infructuosa esta apasionada persecución del sentido es nuestro rol, lo que de veras nos da calor y nos ilumina”.
Creo que lo que me ha dado calor e iluminado este tiempo es ese enigma y me ha dado calor también hacerlo en equipo, cuerpeándonos entre nosotr@s.
También cuando uno mira el enigma, el enigma te mira así que me parece que lo que generó es mucha lectura de mi propia práctica como maestra.
Como una suerte de concentración, como guiar a alguien en esos juegos de guiar al que no ve, y querer darle la posibilidad de éxito.
Claro que los que no vemos ahora somos nosotros y queremos que el otro llegue a ese lugar que deseamos…y quizás, ojala, también él.
Si leo desde este hoy la escuela …¿qué veo?
En un punto ha vuelto algunas cosas más simples, como que en el fondo no se trataría tanto de formatos, sino de sentidos y de enigmas a descifrar.
Aprender se trata de cómo enlazar con el deseo, con el deseo de aprender y acompañar las construcciones SIMBÓLICAS, no sólo subjetivas, necesarias para construir, lenguaje, pensamiento, cuerpo, lectura, escritura, comprensión…
Ahora lo que nosotros quisimos hacer fue esto: enlazar el deseo de ese pibe o de esa niña para que haga algo que lo ponga en el camino de una búsqueda .
Esa búsqueda necesita de soportes simbólicos, nosotros proveemos ese andamiaje para que el camino sea posible, mas si este no está dado en lo familiar .
En algunos contextos la escuela es más determinante para que esto suceda.
Mediaciones encontradas:
Ofrecer algo que ha nos nosotras nos ha puesto en movimiento, deseantes, curiosas.
Claridad en la intención, explicitar intención.
Complicidad con otros, guiño de algún adulto cercano.
Marco de relato en el cual propongo lo que propongo.
Sentido de fondo y pragmatismo luego, si lo amerita.
Poesía y encarnadura…
Huella, algo que leer (voz, producciones, conversaciones, producciones) para dar cuenta del camino.
Ante la escasez de recursos y lo incierto del momento, vuelvo a la esencia de lo que debería ser una apuesta educativa.
¿Cómo ampliamos pensamiento si no nos vemos? Lxs niñxs otra vez nos dan la pista
Pensar-Pensarnos-Pensarme
Una invitación a pensar la función directiva en tiempos de pandemia
María Riera – mariaaleluy@gmail.com
Directora de la escuela Primaria Virgen Misionera
Bariloche- Rio Negro
Y aquí vamos siendo, en este hacer de inventarnos un poco, buscando formas de pensar juntos, todo esto que va sucediendo sin la presencia conocida hasta ahora.
Por un momento nos paralizo, nos dejó un poco inmóviles…¿Y ahora qué? ¿Cómo conversamos y ampliamos pensamiento si no nos vemos?
Si no puedo llegar en el recreo a hablar de X y de ahí confabular las estrategias, los pareceres, las preguntas…No puedo entrar en el desayuno y en esos 5 minutos resolver el mundo, para que 5 minutos después nos invadan de nuevo las preguntas y ahí seguir el ruedo de la conversación, encontrando huecos de pasillos, alguna hora especial, huecos de almuerzos, de acompañarte hasta el auto así me contás y vemos como lo seguimos pensando….
¿Quiénes nos hacen pensar?
Eso sí que no cambió, sigue siendo la infancia, sigue siendo el aprendizaje, sigue siendo la construcción de subjetividad, sigue siendo ampliar la cultura. Y también seguimos siendo todos los adultos que hacemos la escuela…
Hoy el tiempo de conversar es otro, es con un DELAY, entonces pensar es de otros tiempos, hay tiempos más dilatados, donde una especie de Suspensión se juega en estas esperas y en estas construcciones de pensamiento colectivo, de a pares, en equipos de ciclo, con maestros y maestras especiales, de a solos y solas.
La pista para mi es escuchar y leer las intrigas, preguntas, vacíos, ideas, errores, frustraciones, alegrías y ahí generar la conversación del modo singular que tome: Llamados telefónicos, audios de WhatsApp, escritos, mensajes en mail, mensaje de alguna lectura, la atención bien aguda en los Zoom, porque por suerte se habla de a uno. Porque aquí también me descubro en mi ser docente, aquí también se devela mi placer, mi displacer, mis exigencias, mis enojos, mis prejuicios, mis gustos….
Estamos menos atolondrados en nuestras acciones, estamos más dispuestos, disponibles ¿a qué?
No lo sé capaz a ESTAR, algo de una atención sensible, de la escucha sin filtros, de un lugar común del No saber… esto que de alguna manera va siendo una certeza, donde el improvisar es una carta para jugar, donde la ficción una herramienta disponible, donde el cómo hay que inventarlo, y el para que siguen siendo las pistas, los efectos que ellos nos dejan ver, nos dejan escuchar.
¿Puede ser Paradójico hoy que las decisiones estén del lado inverso Verdad? ¿Cuántas veces deja este hueco la práctica docente?
Pero claro está que también decidimos todo este entramado, si es oportunidad o si nos limita a pensar ¿sólo en la conectividad? ¿En el acceso a ella? ¿En la cantidad de dispositivos celulares? ¿En las no ganas? ¿En los no acompañamientos? Y así en las listas enormes que solemos armar.
De nuestro lado está la decisión de no volver a lo mismo que no funciona, a la receta de tantos años, a la mera transmisión, que hoy más que nunca se sacó el Velo y deja verse en su máxima crudeza…
Y me hago la pregunta singular y hago la pregunta colectiva, es dialéctica pura, es posibilidad de crear porque de verdad no sabemos, no sabemos de antes, no sabemos de durante y no sabemos de después.
Miremos, escuchemos mucho a los niños y niñas que de esto sí que saben, que de inventar están ávidos, donde la improvisación es el modo.
Y en esta sintonía de ir encontrando modos, pensamientos, preguntas…un escrito en conjunto («Me quedo en casita» ¿Refugios en cuarentena?), producto de conversaciones, de idas y vueltas con una intriga que compartimos con Karen.
“Me quedo en mi casita” ¿Refugios en cuarentena?
Escrito en conjunto, escrito como efecto de conversaciones y pensamientos.
Karen Andriano. Maestra 4 grado. Esc, Primaria Virgen Misionera
María Riera. Directora Esc. Virgen Misionera- Bariloche
Dos llamados a niños en una tarde durante el aislamiento.
Cada uno en su casa en el mismo momento se habían construido una casita y allí estaban… jugando, dibujando, descansando, con sus muñecos, lápices, almohadones.
Grande fue la sorpresa, la compartí y así comenzamos a preguntarnos, a pensar sobre los efectos de esta situación de pandemia que hoy atravesamos, donde la enfermedad, la muerte, la incertidumbre están presentes en lo cotidiano, también para lxs niñxs.
¿Será tal vez la imperiosa necesidad de un lugar propio que les permita, aunque sea por un instante salir de la mirada de los otros, encontrar un tiempo y un espacio de privacidad?
¿Será tal vez un refugio para guardarse, para acurrucarse para protegerse de miedos y peligros?
Pensando en el mensaje que recorre el mundo “Quedarte en casa es cuidarte” vamos viendo que es necesario algo más que ese lugar llamado “casa”, algo más ligado a lo íntimo, a lo privado que es necesario recuperar de alguna manera y que permita también, poner un velo ante tanta información, tanto miedo e incertidumbre que esta situación de pandemia trae aparejada.
Hoy la escuela como ese lugar que “separa” y que aloja las infancias no está. ¿Serán estas casitas-refugios los efectos de esta falta?
Pensamos que tal vez vengan a suplir esta cierta “privacidad” que la escuela ofrece, que es la que permite que algo de lo particular, de lo singular emerja posibilitando, entre otras cosas, la construcción de subjetividades, de simbolizar.
Sabemos que la infancia es el tiempo para que transcurra la ficción como modo, como lazo y la disponibilidad adulta se hace muchas veces necesaria en esta construcción.
Entonces podemos pensar que estos “refugios” surgen ante la necesidad de inventar espacios de intimidad que permitan que la ficción se despliegue, donde aparezcan el juego, la escritura, el relato para de este modo poner a jugar temores, angustias, deseos etc.
Vemos a diario una variedad enorme de modos familiares que acompañan, entonces pensamos que este encuentro con lo particular de cada niño y niña puede ser un encuentro de ficción, de juego, que los aloje separados de los modos familiares que sostienen muchas cuestiones de una realidad que irrumpió.
Nos preguntamos ¿Cómo generar hoy, desde la virtualidad, espacios de oportunidad para que algo de esto suceda y desde allí poder acompañar?
¿Cómo intervenir en este contexto para hacer de estos “refugios” un espacio donde algo de la subjetividad aparezca, donde la ficción tenga su lugar?
Refugios donde aparezcan el dibujo, la escritura, el relato y nos den la posibilidad de seguir acompañando a lxs niñxs en esta construcción.
Refugio como metáfora, como puente, como efecto, como un modo de nombrar.
Lo cierto es que lxs niñxs, una vez más nos dan la pista, nos muestran por donde seguir, será nuestro desafío saber hacer con ello.
Y Vive en una casita pequeña…¿.A ver Y contame con cuantos vivís?
Y ahí intentó varias veces, pero se perdía…¿Cuantos te dije ya? Entre primos-as, hermanas, hermanos, tíos y tías, a veces se pierde…. “Uyyy perdí la cuenta”.
Yo me voy a hacer una casita ANTIFANTASMAS y voy a poner en la puerta un cartel que diga V.I.P para que nadie entre”.
“¿Le pongo puerta o la dejo abierta?… Le pongo puerta mejor”.
“Voy a pensar a quien invito a mi casita”.
“También la quiero usar para dormir a la noche, voy a preguntar si me dejan”.
“Mi casita para hacer poemas, va a ser el despacho del poeta”, vaya manera de nombrar.
Mediaciones simbólicas
Escrito y video que formaron parte de la intervención de Perla Zelmanovich: «Personajes en escena celebrando ficciones que construyen infancias» (ver aquí) en la Primera Jornada Pedagógica Organizada por la Dirección Provincial de Educación Inicial
Brindados por:
Silvina Rita Fernández
silvinarita.fernandez@gmail.com
Egresada del Diploma Superior en Psicoanálisis y Prácticas Socio-educativas
Maestra de primer grado de una escuela pública de gestión social de la periferia de Bariloche.
¡Buen día seño Silvi! ¿cómo estás? – llega vocecita y llega foto por whatsapp.
¡Ah bueno! ¡buen día hombre araña! – le digo.
A puro superhéroe vino su mañana, envoltura real e imaginaria.
Algo de superhéroes se anda necesitando en el cotidiano pandemia.
Celebrar la ficción, el empoderamiento jugado, la celebración de la infancia y sus invenciones.
El guiño casa- escuela, las complicidades whatsapperas.
Escuela sin disfraz, sin ese, el del pretendido “uniforme blanco”, escuela pijama, hombre araña, pelos parados, escuela sin maquillaje.
Escuela que estamos siendo.
Re-conocernos otros
Conocernos
Sin solemnidad
Con enseñajes
Otros anclajes
Límites, que al mismo tiempo son posibilidades.
Cuerpos hablados, cuerpos hablantes
Silvina Rita Fernández
silvinarita.fernandez@gmail.com
Egresada del Diploma Superior en Psicoanálisis y Prácticas Socio-educativas
Maestra de primer grado de una escuela pública de gestión social de la periferia de Bariloche.
Primer grado
Armar equipo , maestras de grado y bailarina en la escuela.
”Cuerpeando primero» llamamos al grupo de Whatsapp de las profes.
“Cuerpearnos nosotras primero» podríamos haberlo llamado.
La pregunta abierta que sostiene.
¿Será otra la escritura pos pandemia? ¿Serán otrxs lxs cuerpxs en la escuela?
Deletrearnos tímidamente por ahora
Gracias, gracias Valentina Gallo por tu escritur@ cuerper@ (ver Pensamientos sobre cuerpo y escuela)
Valentina Gallo
Bailarina, docente de lenguaje corporal y danza.
¿Qué gesto va a imprimir esta época en nuestros cuerpos?
¿Cómo construir sentido hoy en nuestros cuerpos?
¿Es posible una educación sin contacto?
¿Es posible una educación sin contagio?
¿Cómo le habla la pandemia al cuerpo?
¿Qué imágenes le ofrece?
Entonces,
¿Cómo construimos cuerpo hoy?
¿Sobre qué paradigma de cuerpo y de aprendizaje nos paramos para pensar lo que pensamos?
¿Que experiencia ofrecemos?
¿Qué imágenes ofrecemos?
¿Como le hablamos a esos cuerpos?
¿Como acompañamos esos procesos, ahora más que nunca, invisibles?
Estrategias que se me ocurren,
Darle valor a la imagen que SI llega.
Ampliar, amplificar, elastizar la mirada.
Complejizarla, ¿para ver tengo que mirar?
Sensación, intuición, visión, visualización,
una suerte de chamanismo docente.
Valorar la experiencia sensible, eso es cuerpo.
La voz, eso es cuerpo.
La risa, eso es cuerpo.
Las producciones posibles, eso es cuerpo.
El vínculo posible, eso es cuerpo.
Los silencios, eso es cuerpo.
Las resistencias, eso es cuerpo.
Valorar la expresión singular o el modo de cada pibx.
Buen momento para volver a preguntarnos que es corporeidad
y como nos vinculamos con esta que es hoy.
Buen momento para elegir, decidir, buscar.
Oportunidad para dejar de mirarles como les estábamos mirando o (re)parar en esta nueva forma de la mirada y de la lectura.
Y (re)parar en nuestros cuerpos para saber.
Abrazar
Buscar
Correr
Dormir
Encontrar
Filosofar
Gritar
Hundir
Imaginar
Jugar
Liberar
Llorar
Mover
Nada
Oscilar
Preguntar
Querer
Respirar
Saltar
Tocar
Unir
Volar
Yer (ir yendo)
Zambullir
Lo que nos hace la escuela en estos días
Lo inevitable de seguir queriendo poner el cuerpo.
¿Qué ves cuando me ves (y me oís)?
Intertextualidad: resonancias, escenas y reflexiones de una directora y maestras de una escuela primaria a partir de «Efectos de presencia en la virtualidad» de Perla Zelmanovich (ver texto completo aquí)
María Riera – mariaaleluy@gmail.com
Directora de la escuela Primaria Virgen Misionera
Bariloche- Rio Negro
En esta oportunidad pensamos en rastrear efectos en lxs niñxs de la escuela. Un tiempo de este modo virtual que da indicios. La propuesta es para producir una escritura en parejas pedagógicas.
Intertextualidades: escrituras que son efectos de otras, efectos de lecturas.
La escritura es un efecto, una producción que nos deja mostrar y mostrarnos
Hoy vivimos, de algún modo, un experimento forzado, debido a una pandemia mundial. Aunque la presencia de los cuerpos se ha modificado, los Efectos están presentes. Es importante alertarnos en el cambio del registro, hoy el dispositivo es otro, nos acercamos de otros modos.
Por eso en este momento de la escuela nos parece importante escribir la experiencia, dejar registro, sobre todo haciendo hincapié en los efectos de la virtualidad.
Les compartimos a lxs docente de la escuela un texto de Perla Zelmanovich “Efectos de presencia en la virtualidad” (ver texto completo en Investigación), que, a pesar de no ser escrito para este momento excepcional, da pistas interesantes para mirar, hacer foco en estos tiempos.
Hoy, unos días después, me encuentro con todos los escritos que surgieron a partir de sus lecturas, los leo una y otra vez, me hago apuntes, me los guardo, los dejo, me detengo y pienso, descubro…¿Será que podemos detenernos a mirar más? ¿Hay un tiempo que se hace más lento?
Leo y veo personas al descubierto, me da la sensación que se han corrido algunos velos… me surgen preguntas:
¿Cómo descubrieron a esos niñas-os lxs docentes? ¿Ellxs se dejan ver más? ¿Se manifiestan más? ¿Se manifiestan tal cual son? ¿Se dejan ver tal cual son?
¿O será algo en los docentes…? ¿Cuál es el encargo que hoy tienen? ¿Se han caído algunos semblantes? ¿Nos dejamos ver de un modo más doméstico, más cotidiano? ¿Tenemos un tiempo distinto para verla-os, para descubrirlxs? ¿O será que tiene que ver con el registro, con el dispositivo de acercamiento que estamos experimentando?
¿La dimensión social e institucional se han desdibujado…es algo que nos modifica a nosotrxs?
Aquí van las escrituras docentes que son efectos y dejan ver efectos.
Ma. del Rosario D. Hintze – rosihintze2011@gmail.com
María Lorena Basante – lorenabasante@hotmail.com
Escuela Pública de Gestión Social Virgen Misionera
2° grado – Mayo 2020
En este cantar a dúo… lo primero que surge, es pensar en este proceso simultáneo que venimos haciendo, de conocernos nosotras, de descubrirnos como docentes, compañeras, madres, mujeres; que compartimos esta tarea de educar, pero también transitamos este contexto de encierro y distanciamiento social.
Todo esto, sin mucha oportunidad previa de trabajo juntas. Si bien, en nuestro primer mes de trabajo fuimos acordando criterios y propuestas, descubriendo miradas comunes y proyectando en equipo; las semanas de intercambio en el trabajo con el grupo en el aula fueron muy breves.
Y lo pensamos desde este inicio del año escolar en la escuela, porque también habla de un proceso que nosotras como garantes de la propuesta pedagógica, venimos haciendo; con sus “pro” y sus “contra”. Tal vez, “la contra” de no contar con la experiencia del trabajo juntas con el grupo, pero también “el pro” de este tiempo sin tiempo, que nos tiene conectadas y comunicadas diariamente, muchas horas.
Así nos encontró esta circunstancia: con la intención de articularnos, pensar juntas, descubrirnos en las miradas.
A su vez, no se ha presentado como dificultad este poco conocernos, hay sin lugar a dudas un criterio en la mirada y en “lo importante” que es compartido, ahorrándonos un extra en todo esto. Varias veces, al ser contactadas por la misma familia, sin nosotras intercambiar previamente, hemos dado las mismas respuestas. Sabemos que es un gran punto a favor a la hora de transmitir calma y tranquilidad, cuando sienten una sola voz del otro lado, y que además ese lado es a favor de las familias y les niñes.
Un dúo que, muchas veces, se llama “Las trillizas de oro” la triada con María, donde encontramos ahí, el lugar para ir pensando-nos, viendo qué hacer ante ciertas situaciones, y sobre todo de qué modo dar esas respuestas a las familias que van más allá de lo pedagógico.
Perla, nos propone ir mucho más allá de “las buenas intenciones”. Nos habla de “la ética de las consecuencias”. Y es ahí donde muchas veces caímos juntas en la lectura de indicios que esperábamos, ansiábamos; y otras veces alguna de las dos, pudo mirar un poquito más allá, tal vez desde la intuición, de la lectura de las voces, o las miradas, los silencios, las ausencias, las presencias…
En la escuela, buscar, detectar y leer efectos de nuestra práctica, de nuestras intervenciones es casi lo que hacemos a diario. La recepción de una actividad se palpa en el momento, en el clima, el entusiasmo, en los enojos, las indiferencias, las frustraciones. Es lo que nos permite hacer movimientos, cambios, ajustes o pasar a otra cosa, porque el clima grupal lo amerita.
¿Cómo encontrar esos efectos desde lo virtual? siendo además, lo virtual dado en un contexto de aislamiento y encierro; y mediado por los y las adultas. Donde cada familia y cada casa debe atender varios frentes (que por momentos se presentan como potenciales enemigos): el virus, la falta o inestabilidad laboral, la comida diaria, el frío que se acerca, los quehaceres cotidianos, las tareas…
La duda y la incertidumbre como un fantasma que nos toca la espalda diariamente, algunos días más escondido, otros, presente más de lo que quisiéramos.
Pensamos en esa presencia desde la virtualidad y en el engaño tanto de lo que vemos, como de lo que no vemos. Siempre se juega nuestro imaginario, sobre lo que queda oculto y sobre la interpretación de lo que podemos ver o escuchar.
En nuestra virtualidad, sentimos que no se observa tanto la escritura, como propone Perla; hay tanto cuerpo, tanta voz, tanta imagen… Foto, vídeo, videollamada… exposición: disfrutable, incómoda, consentida, coartada, exigida… ¿Cómo saberlo?
De todos modos, creemos que las imágenes hablan, y dicen mucho, pero hay que hacer un continuo trabajo consciente de, que lo estamos viendo ahí, no es tal cual lo vemos. Hasta la foto más espontánea, tiene un mínimo de montaje. Es tratar de ver en los márgenes, imaginar cómo sucedió esa puesta, qué habrá quedado por fuera, hipotetizar, cuestionar la imagen, dejar de absorberlas sin más. Saber que esa primera percepción que tenemos al ver una foto, habla más de nosotras que de lo que se busca mostrar.
Por otro lado, las certezas: lo que nos acerca no es la presencia física, sino una producción que involucra al sujeto y a la subjetividad. Creemos que este fue siempre nuestro “norte”, con aciertos y errores. Aparece casi espontáneamente Silvia Duschatzky, entendiendo un proceso de subjetivación como “la producción individual o colectiva de modos de existencia… formas vitales de habitar el mundo, una situación, un tiempo…”. Por ese camino fueron muchas de las propuestas y vimos contentas los efectos, los indicios, de algunos, de algunas, de muchos/as.
Sin dudas, el atender la necesidad individual y particular de cada une, que en este caso, también incluye a la necesidad de una familia, genera movimientos positivos, que se ven a partir de dar señales en el grupo, o de mandar por privado lo que vienen haciendo. O simplemente empezar a responder los mensajes que nosotras mandamos.
Y desde ahí, volvemos a empezar… en este círculo que parece proponernos la tarea docente: siempre la pregunta. Pero en estos tiempos, en esta distancia que transitan nuestros cuerpos, las preguntas están más cargadas de incertidumbre, porque no podemos palpar lo individual ni lo colectivo. Volvemos a pensar en ¿qué estará sucediendo en esos hogares, esas familias? ¿qué les estará sucediendo a esos niños y niñas?
Artesanal tarea: releer, repensar, afinar la voz, cantar a dúo, cantar solxs, cantar todxs juntxs, cambiar el repertorio, la letra, los instrumentos, la velocidad, hacer silencios. Cantar con ojos cerrados, confiando en la capacidad de la voz de viajar a través del espacio, para llegar a donde más se necesita.
Como tejer un tapiz, cambiando de colores, de texturas, de formas y que de ese entramado salgamos todes juntes abrazades.
Algunos indicios, ecos, que nos traen las imágenes…
Ficción en contextos de aislamiento: Jugando al almacén, después de armar billetes y etiquetar productos. El contexto entró en la ficción y algunxs incluyeron las medidas de higiene para el cuidado de la salud en cuarentena con barbijos, guantes y alcohol.
Estar juntes, a pesar de la distancia: guirnalda de papel de K., personalizando a sus compañeros y compañeras, a partir de una propuesta de Plástica.
Jugar juntes aunque estemos separades: cartones de lotería indicando línea o bingo. Acordamos un horario y jugamos cantando los números por whatssap. En la propuesta, se suman desde familias completas, hasta algún hermane, madre, abuela. Las devoluciones nos hablan de momentos de diversión, de expectativa, de alegría.
De la Literatura, jugar con lo imaginario desde lo real: atender a la particularidad, efectos: primera foto de O. participando en el grupo, luego de realizar una intervención puntual hacía él y su tía.
Felicitas Saravi – Felicitasaravi@hotmail.com
Georgina Bosio – Bosiogeor@gmail.com
Primer grado. En Cuarentena. Escuela Virgen misionera.
Mayo 2020
Las voces nos llegan, atravesando el vacío y nos conectan con eso que somos. Para hacer escuela, tenemos que estar todxs. Nada más claro que comunicarnos desde la distancia con niños de seis años, para encarnar la comunidad educativa: niños, familias, maestrxs.
Familias que hacen de puente, de transmisores, de rotondas, derivadores…Están también las que completan el mensaje, o las que lo vacían.
Encontramos devoluciones variadas, cargadas de ese sentido que se imprime en la realidad situacional de cada unx.
Ser maestras desde la palabra. Despojadas de abrazos y miradas, a destiempo.
Vamos tejiendo un vínculo “de a palabras”
Entretejidos artesanales, que se terminan de hacer trama con la devolución o la falta.
Fuimos adaptando las propuestas, recortando videos, compilando imágenes, grabando nuestras voces para desafiar la distancia y llegar. A veces, llegamos.
No tenemos tan claro si por el modo, la propuesta, el lenguaje utilizado, el video, el audio, la conexión… el sol, la lluvia o la tormenta … Pero hay días que los teléfonos se llenan de devoluciones. Anhelados días, que nos invitan a conectarnos (desde ese lugar que des-cubrimos en lo sustancial del vínculo) y logramos recuperar, de a ratos, la Magia Escuela…
Las propuestas apuntan a estimular la subjetividad de los chicos y chicas. Creemos que por ello las repuestas, (¿efectos?), parecieran impactar en sus particularidades. Como decía Mari en algún momento: «Ellos creen que la tarea está dirigida a cada uno»; lo cual, en el fondo, en la intimidad del trabajo artesanal en la hechura de la propuesta, del todo cierto.
Las respuestas dan pistas interesantes. Vuelven las pantallas más permeables, traducen estados, deseos, frustraciones.
Mediante mensajes de voz, sus mundos nos interpelan, nos provocan. Sus tonos dan cuenta de estados de ánimo, de ese algo del deseo que se enciende, para llegar del otro lado…
A veces son los chicxs, a veces las madres, otras las abuelas. Las mamás nos cuentan, cómo van encontrando los modos para acompañar a sus hijos.
La mamá de los mellis, nos comentaba: » Me di cuenta que es mejor hacer la tarea con cada uno por separado, así se concentran más, si no, se distraen y es muy difícil»
Encuentran en sus hijos mellizos (siempre juntos y a un tiempo) otro compás. Esa disonancia se tiñe de sentido, cuando la mamá encuentra que es mejor, para cada uno “ su tiempo”.
El “cada uno en su tiempo, que les propone la escuela en diferido” les da un lugar particular, incluso en su familia.
Otra mamá nos dice » Es que se tiene que esforzar mucho, se tiene que concentrar. Lo veo que a veces le cuesta, yo lo ayudo con las letras… Seño: ¿Está bien que le diga qué letra va? Vamos juntando las letras, y armamos las palabras”
E, pone en valor a L, nos cuenta cómo lo ve esforzarse. Pone en juego su conocimiento, le da una mano, lo acompaña.
Como maestras de primer grado…Vaya que encontramos un efecto!! al escuchar a una mamá valorando el esfuerzo de su hijo, acompañándolo en ese camino, haciendo juntxs escuela…
B no aparecía, no se comunicaba con nosotras, no encontrábamos la conexión entre el mundo escuela y su realidad. Una video llamada con B fue el empujón para que comenzar a intercambiar sus producciones vía whatts app inclusive mandando videos, compartiendo oralmente lo realizado animándose a mostrarse, compartirse de este modo.
El simple hecho de vernos, verse, “ser pensado y puesto en palabras” activó tal vez, junto a su deseo, la participación.
Unas semanas después la mamá nos alerta… Nos cuenta desordenadamente algo acerca de un accidente de hace tiempo, lo plantea desde un lugar cargado de preocupación: “Yo creo que le está doliendo la mano, tiene unas cicatrices muy feas en las manos, por un accidente que tuvo, dice que le duele…” ¿Cómo no nos contó esto antes? ¿Qué fue lo que la habilitó a hacerlo ahora?
U., que aparece cada tanto compartiendo sus tareas, ella sabe claramente lo que quiere compartir. Se queda con la parte que más le gusta, saboreando la propuesta, retrucando, yendo por más. «Hice el cuento de las ovejas, ahora quiero hacer uno de una mariposa». «Hice solo las necesarias», compartía Silvi Fernandez. U. está por ese camino, modela las tareas a su gusto! Ella nos demuestra saber qué es lo que necesita, hacia dónde tiene que ir para seguir aprendiendo,
Unos días después recibimos un audio de U….
“Hola Seño, no estuve haciendo las tareas porque estuve haciendo aaaaalgo…. Es…. SORPRESA!! Ahora te mando un video…”.
En el video U. demuestra todo el aprendizaje en acción. Cuerpo deseo, registro.
Mientras alguien (suponemos que su mamá) corre filmando y pidiendo que “no vaya tan rápido, que no la alcanza”, U. sonríe, pedalea, hace equilibrio, aprende, vive, pone su deseo en juego.
P. nos plantea algo similar, nos va dando pistas “seño, yo hice ésto pero después no pude con la otra porque tenía que cocinar unas galletitas» y nos envía una foto de su producción: las galletitas.
Ella encuentra cosas más divertidas para hacer y maneja sus tiempos, sabe qué es lo importante.
A. comenzó a realizar las primeras tareas a pedido de su mamá. Tenían que insistirle mucho en su casa, siempre prefería bailar, nos contaban.
Un día, su mamá nos envía un audio contando que A. está súper entusiasmada haciendo la tarea, “Porque encontró un rinconcito al lado del fuego en una sillita que usaba cuando era chiquita, ya casi no entra, es muy cómico verla, pero le gusta hacer su tarea ahí”
A. encontró su lugar. No el lugar donde dibuja en su casa, encontró su lugar escuela, tal vez, su refugio.
V. con su ternura y aparente timidez, cada tanto nos sorprende con un video. Se expresa con una seguridad llamativa.
Lo mismo N, hermoso verlas desplegarse…
Hay algo que la virtualidad, ese espacio entre distancia y cercanía, posibilita.
R. está siendo acompañada por su abuela, un gran sostén para ella. Creemos que es quien la está animando a desenvolverse y ganar seguridad en ella misma. En un momento nos preguntaba ¿cómo hacer para enseñarle las letras? Están pasando cosas muy bellas. Aprendizajes para toda la familia.
Solemos decir, saber y sentir que aprendemos mucho de nuestrxs niñxs; ahora en este sentido, se expanden también nuestros aprendizajes.
Qué hermoso sería llevar estos modos luego al aula…
Y reencontrarnos, con otros modos, que solo habitan en el aula.
No queremos olvidarnos de estos «AJÁS» que hoy tenemos, en los que vislumbramos una expansión en lo que refiere al aprendizaje.
Se expanden los actores que participan, se expanden las propuestas, se expande el amor en ellas y por fuera en cada encuentro que surge como su efecto.
Un día recibimos otro audio. Esta vez uno lleno de números.
Les preguntamos si alguno se animaba a contar las colecciones de los objetos que cada uno había armado.
L. decide contar… Empieza a contar y sigue y se pasa de las colecciones, y sigue. Traspasa la propuesta, nos demuestra lo mucho que puede con los números; desafía el espacio que nos separa, lo llena de números y logra conectarnos.
Hay algo de lo particular que se pone en juego, como siempre, y se visibiliza más que nunca. Cada unx recibe su tarea, cada unx cuenta con un mensaje que lo incentiva (o no) a aprender de algún modo.
Sabemos que a L. la colección hasta 30 le queda muy chica, cómo sabemos que M, quiere, necesita, desea, busca, aprender a leer.
Nos preguntamos: ¿Qué de los contenidos ponemos en juego? ¿Qué trabajar? ¿Cuánto avanzar…? ¿Qué hacemos con el proceso de alfabetización? ¿Cuál es el punto que une la alfabetización y la virtualidad?
En medio de esa marea de preguntas, llega un mensaje que dice:
«¿Sabes qué quiero seño? Quiero aprender a leer, quiero que me mandes un montón de cosas, para poder leer. Me gustaría que me mandes tareas especiales».
Por otro lado, así como se hacen visibles los efectos de muchos, están los que parecieran estar invisibilizados. De los que no tenemos devolución diaria como pueden ser S., T. Pero cuando se los llama nos dicen que están haciendo sus tareas, nos queda que confiar en sus modos, posibilidades.
Ñ. y M. en esta reflexión del efecto, una de nuestras preguntas es ¿Qué es lo que llega?
El otro día a partir de la pregunta ¿cómo está M? Su mamá nos responde:
“M. está bien. Hace las tareas que le doy, le doy para que aprenda las letras, hace las vocales…»
¿Le muestra lo que proponemos? ¿Que representa para ella la escolaridad?
No estamos llegando a M… algún derivador nos desvía. Será cuestión de dar vueltas y vueltas hasta encontrar el camino.
La mamá de Ñ. manda videos y fotos de su hija bailando regetton.
Seguramente no sea efecto de nuestras propuestas concretas, pero…. Será que cuando le hablamos a su mamá acerca de la posibilidad de “ver” a su hija…. Algo se nos escapa…
¿Será para esta mamá, este el modo? ¿Tendremos que buscar nuevos modos? ¿Nuevas preguntas? ¿Nuevas formas?
Sabemos con claridad que, como siempre y mucho más… hay cosas que no podemos controlar…
Seguiremos buscando esos rumbos posibles, para que el aprendizaje signifique ir por muchos lados, saboreando el contenido, haciéndolo propio.
Será que en este tiempo se pone de manifiesto que en La Escuela como En la Vida, se trata mucho más de aprender, que de enseñar.
Esto de ir haciendo escuela…
María Riera
mariaaleluy@gmail.com
Directora de jornada completa de una escuela primaria en Bariloche, en un barrio de sectores populares.
Esto de ir haciendo escuela, conteniendo, escuchando a un colectivo. Son varias variables: docentes, familias, porteros, que armamos la escuela cotidiana y hoy esta escuela transitoria y bien mutante. Lo único que calma mi angustia hoy es pensar que es provisora pero que a la vez, si sigo pensándola puede dar indicios para otras nuevas escuelas cuando vuelva… pistas para seguir profundizando el cambio de la escuela, de la enseñanza, del aprendizaje….
La irrupción fue tremenda. La incertidumbre del tiempo nos va acorralando, los efectos van mutando, el impacto tiene otros alcances… Siento que la tierra prometida de algún día se desdibujó, que hoy hay que inventar, y lo que voy teniendo bien claro que el MÁS HOY PUEDE SER MENOS…
Presencia. Me armo y me desarmo todo el tiempo. Lo que hoy es una certeza mañana puede no estar. Hoy mas que nunca me siento provisoria, dudosa, miedosa… Hablo con todos los docentes de esto, acompaño familias, escucho realidades diversas, celebro efectos, lloro injusticias y sigo armando y desarmando en este territorio desconocido, en este territorio incómodo, encontrando la disponibilidad necesaria y acompañando disponibilidades posibles en este común que sigue siendo lugar de lo singular, así como lo era la escuela, así como irá siendo esto…que capaz no me guste llamarlo escuela, porque sé que a la ESCUELA QUIERO VOLVER…
Rocío Verónica Álvarez
rocioveronics@gmail.com
Maestra de Matemática de sexto y séptimo grado, Escuela Virgen Misionera.
Si tuviera que describir estos días diría que son jornadas sin tiempo o con desarrollo de una temporalidad diferente.
Con el resto de los compañeros de tercer ciclo decidimos que las clases y entrega de tareas diarias arranca a las 10.30 am. Colgamos en el grupo de whatsapp las tareas y a otros niños se las enviamos por mail. Subimos videos, canciones, ejercicios matemáticos, clases de música, clases de educación física, de inglés, de plástica, etc. Todo siguiendo un cronograma previamente conversado.
A esto, ahora le debemos agregar el ingrediente de las numerosas y deseadas comunicaciones por whatsapp con alumnos y padres en cualquier momento del día, relacionadas con la aclaración de consignas y resolución de problemas. Me encanta este intercambio, es deseado y deseable. A veces estoy contestando mensajes a las 22 hs. Ya sé que es una locura, que tengo que poner límites pero, me digo: «Si este pibe o esta piba logró sentarse a esta hora a hacer algo, no me cuesta nada contestarle y permitirle que avance. Si estamos en un tiempo sin tiempo.»
Pero ahora les voy a contar lo que acaba de ocurrir. Recién salidita del horno esta experiencia.
Estando ya en la cama, hace tan solo unos minutos sonó el teléfono, eran pasadas las 11.30 pm, me asusté, pensé: «Debe ser grave para que se comuniquen a estas horas. ¿Qué habrá pasado?» Miré la pantalla. Se trataba de una madre con la que había estado hablando por la mañana. La madre de unos alumnos de 6to. Debo reconocer que en esos segundos se me vinieron todo tipo de pensamientos negativos. Me inquieté, me preocupé. Después pensé en que se habría equivocado y que iba a colgar. Dejé que el teléfono sonara dos veces más y contesté. Era la misma voz, la voz con la que había hablado por la mañana, que en aquella oportunidad se había comunicado porque le estaba resultando difícil encarar las tareas de matemática. Me había aclarado el origen de sus dificultades, que a ella le habían explicado de otra forma, le habían dicho siempre cómo hacer las cosas y ahora sentía que era diferente, que los chicos «tienen que pensar y pueden hacer lo que quieran». Esto a ella le resultaba difícil de asimilar y compatibilizar con la escuela de cuarentena instalada en la pequeña mesa de su cocina. Así es que estuve unos cuantos minutos aclarándole que el objetivo es que los chicos aprendan a razonar y resolver entendiendo que no hay una única manera de pensar las cosas. Muy por el contrario, puede haber tantas estrategias como personas. Le expliqué que eso es lo más interesante de aprender matemática y descubrir relaciones entre los números y cálculos. Que si lo necesitaban podían usar la calculadora. Le di algunas sugerencias y nos despedimos.
Ahora, siendo las 11.30 pm ¿Qué motivaba su llamada? ¿Les había pasado algo a los chicos?
Contesté el teléfono y lo primero que hizo fue pedirme disculpas por la hora, pero me quería decir que habían estado haciendo la tarea hasta recién. Contesté con mi mejor tono que me alegraba. Y me pregunté «¿Qué duda tendrán ahora? Estoy en la cama y no tengo el cuadernillo cerca.»
A continuación y sin que yo pudiera decir nada comenzó a explayarse. Quería explicarme que nunca había visto la matemática de esta manera, que estaba descubriendo un montón de cosas que nunca le habían explicado, que las respuestas estaban en los mismos cálculos, que había relaciones entre ellos y «trampitas» o «pistas» y que por lo tanto no hacía falta hacer todas las cuentas. Concluyó diciendo que se sentía emocionada y tan feliz, que a sus 46 años hubiera podido hacer un aprendizaje que había quedado latente desde 6to grado, que quiso llamarme en ese preciso instante y compartirlo. (Ver pestaña «La escuela entra a casa»).
Yo ni sé si le pude contestar algo.
Seguía y me contaba de las relaciones entre las cuentas de una cadena de cálculo mental.
Expresó que estaba tan entusiasmada que se había quedado haciendo pruebas mientras los chicos se cambiaban para irse a dormir. Estaba fascinada.
En el momento en el que pude meter bocado le di un ejemplo de que lo que había descubierto le servía para resolver otros cálculos mentalmente. Ella incrédula expresó que para tanto no le daba la cabeza. Así que le propuse hacerlo juntas, allí mismo por teléfono. Cuando vio que pudo resolverlo quedó pasmada de su propia inteligencia y de su capacidad de cálculo mental oculta.
Y yo qué les puedo decir, me sentí más que feliz. Sentí que la misión de ese día estaba cumplida. Podía irme a dormir en paz.
Es un poco de lo que quiero transmitir en mis clases de matemática, que los niños le pierdan el miedo a los números, que aprendan a leerlos y no les tengan fobia o pánico… que estén dispuestos a jugar con ellos y a dejarse atrapar en la búsqueda de regularidades y relaciones.
Es hermoso poder transmitir eso a los niños y adultos.
Con seguridad puedo decir hoy, que la matemática tiene una nueva aliada adulta que ha dejado de verla como el «cuco de la escuela».
Mi conclusión en estos tiempos sin tiempos, de escuela sin escuela es:
No hay edad ni tiempos fijos para aprender, solo hay que estar abierto a nuevos desafíos y dejarse atrapar por ellos.
Audio de una mamá de sexto grado a la directora María Riera, directora de jornada completa de una escuela primaria en Bariloche (Ver pestaña «Menos es más»):
Maestra por WhatsApp
«Que la magia suceda.
que nos haga mejores maestr@s
respetuosos en la entrada a cada hogar.
Construir cercanía pedagógica, amorosa, de celebración de todo lo que se aprende comunitariamente.
Ese, mi deseo hoy».
Silvina Rita Fernández
silvinarita.fernandez@gmail.com
Egresada del Diploma Superior en Psicoanálisis y Prácticas Socio-educativas
Maestra de primer grado de una escuela pública de gestión social de la periferia de Bariloche que a partir del aislamiento social obligatoria intenta sostener la función educativa a través del celular ya que no hay computadoras en el hogar.
Recibo un mensaje de voz de la mamá de una estudiante:
-«Seño acá me dice mi hija que no quiere sus tareas ni las mías…que ella se va a inventar las suyas…»
Emancipación pedagógica en tiempo de coronavirus.
Rancière un poroto.
Dice la mamá de una estudiante:
-«Seño, ella ya se sabe los números, lo que le falta es que le salgan bonito…vamos a trabajar en eso».
Saber hacer algo.
Hacerlo bonito
Necesidad de saber y de belleza.
Recibo el whatsapp mientras junto a otr@s 60.000 personas escuchábamos a Pedro Aznar en un concierto gratuito desde su casa.
Derecho a la belleza, sí.
Y a aprender, sí
Y a que los adultos inventemos nuevas complicidades amorosas para lograrlo, también.
Hermoso día de sol en Bari. Eso se celebra con o sin aislamiento social.
Les proponemos a las familias de primero que se inspiren en el sol del artista Luxor, al que le habíamos contado nuestra idea.
-¡Qué lindo seño! -varias familias me envían deditos y caritas de aprobación y alegría.
Una mamá me manda un audio por privado y casi como en voz baja me dice:
-Seño, la que estaba linda para dibujar era la luna de anoche…
-Sí, ¡claro! tenés tanta razón, tanta belleza ahí también -le digo. Y propongo al grupo su hermosa idea.
Todos y todas maestros.
Todos y todas iluminando algo de lo hay y nos parece valioso (arte, lunas, sol, esperas) para hacer algo nuevo con eso.
Algo o todo de eso es enseñar.
Una niña me cuenta que les gustan más las tareas de letras que de números.
-¿Y ya conoces las vocales, no? ¿Te animas a pensar cómo escribir unas palabras? – se lo pregunto tímidamente porque apenas nos conocemos, compartimos sólo una mañana de escuela.
La niña pone primera y arranca:
-ESCRIBO, NO SE LEER, PERO SE ESCRIBIR. YO NOMBRO, PIENSO LA PALABRA QUE LLEVA CUALQUIER NOMBRE. YO PRONUNCIO LO QUE PIENSO Y LO ESCRIBO…LO ÚNICO QUE ME FALTA ES QUE NO SE LEER”.
La potencia metacognitiva de la escuela por whatsapp
El poder de la voz en ese proceso.
De lugares y cuidados.
Un recuerdo de facebook de hace 4 años que hoy me resuena aún más.
-¿Cuál es tu lugar favorito? – le pregunto a un niño.
– Mi abuela – me responde sin dudar.
-¡Que hermoso lugar! – le dije.
¿Qué lugares para los niños hoy en tiempos de pandemia? ¿Todas las casas serán un lugar? ¿Qué lugar podemos ser nosostrxs escuela?
-Seño, ell@s son: Camila, Peladito, Hada, Luna, Osito -me cuenta una vocecita al teléfono.
-¡Qué lindura! Ya me aprendo los nombres – le digo.
La pedagogía por whatsApp sabe por suerte distinguir lo importante de lo accesorio. Guardo todo lo que será importante cuando volvamos a vernos (como el amor a la pastafrola de dulce de leche de Benja o los secretos guardados con tres candados que nunca, nunca contaré…)
Cuando volvamos seremos otr@s, sin duda. Pero no seremos desconocid@s.
Continuidades vitales y pedagógicas. De conversaciones estamos hechos.
-Seño, ell@s son: Camila, Peladito, Hada, Luna, Osito -me cuenta una vocecita al teléfono.
-¡Qué lindura! Ya me aprendo los nombres – le digo.
La pedagogía por whatsApp sabe por suerte distinguir lo importante de lo accesorio. Guardo todo lo que será importante cuando volvamos a vernos (como el amor a la pastafrola de dulce de leche de Benja o los secretos guardados con tres candados que nunca, nunca contaré…)
Cuando volvamos seremos otr@s, sin duda. Pero no seremos desconocid@s.
Continuidades vitales y pedagógicas. De conversaciones estamos hechos.
Les propusimos compartan sus juegos, juguetes favoritos en estos días.
Llega foto y audio.
-Hice las tareas re lindas, hice las tareas necesarias – me dice la niña.
Las necesarias…
Me quedo pensando
Las necesarias…
¿Esas que anudan donde?
¿Esas que tocan qué?
Transmisión divino tesoro. Realismo pedagógico. Mini conquistas subjetivas en pandemia:
Saber abstenerse, rescatarse.
Reflexiones a partir de una videollamada de una seño con niñ@s de primer grado.
Cuidados: lo que nos enseñan l@s niñ@s.