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Sostener el hilo de la vida por la voz

Sostener el hilo de la vida por la voz

SOSTENER EL HILO DE LA VIDA POR LA VOZ

 

Por: Jean-Jacques Tyszler, Ilaria Pirone (ilariapi@me.com)

 y el equipo del CMPP (Centro Médico-Psico-Pedagógico) de la MGEN (Mutuelle Générale de l’Education Nationale)

 

Abril 2020

Traducción francés-español «Tenir le fil de la vie par la voix » : Alicia Bermolen – aliciabermolen@hotmail.com

El niño pequeño nos enseña a encontrar en nosotros la potencia de lo imaginario, cuando la realidad aporta cada día su parte de miedos y faltan las palabras para expresar el espanto.El niño nos guía de la mano, simplemente no nos necesita.

El escolar de jardín de infantes, mantiene todavía en él el extraordinario animismo que se conoce en la primera edad : a los dos años, quién no oyó al niño hablar a su gato, hacerle preguntas, esperar la respuesta y continuar ; o enojarse con su muñeco, castigarlo y luego consolarlo.

El inconsciente conserva secretamente por largo tiempo a ese compañero imaginario de los días buenos y malos.A los tres años, al acecho de las noticias que recibe, como los adultos de un mundo que se puso inquietante,mantendrá alrededor del cuello, durante todo el día, el estetoscopio de su caja de médico.

Este magnífico imaginario que relata y enlaza al pequeño Hombre con el otro familiar y los semejantes es el principal apoyo para la intervención de los equipos médico-psicológicos y también de los docentes de jardín de infantes.

Sostener el hilo por la voz

«Hola, hola, buenos días!», por teléfono, el terapeuta o el docente se presenta y cuenta con simpleza lo que ocurre, porque la escuela, el CMPP, permanecen cerrados, se transforman los compañeros y el personal del establecimiento.

Durante esta primera llamada, esta primera recuperación de contacto, hecha de esta manera inhabitual, nos es necesario hacer un pequeño relato sin esperar respuestas inmediatamente. Las preguntas del niño vienen en camino: “¿Y vos también estás bien?”

Aún si parece sin inquietud palpable, la preocupación por el otro, desde el más cercano al familiar lejano como el abuelo está omnipresente en el niño.

Debemos nombrar a las cosas, lo que es una enfermedad, un contagio, una cura, pero también un horizonte; nombrar a los seres que cuentan y a los otros niños del grupo para el CMPP, los de la clase para la escuela, los vecinos del edificio o los del parque de la salida del domingo, para los padres.

El hilo de la vida se cierra con el o los padres que están cerca del niño en el momento de nuestra llamada. Los padres participan de este intercambio, espontáneamente o con ayuda del terapeuta, el docente, que los incluye en la conversación.

Esto permite escuchar en común la pregunta inesperada, inaudible de otra forma, la observación que molesta o enoja : « Papá no quiere ir a hacer las compras, mamá no está contenta » o aún « Mamá trabaja todo el tiempo, no juega conmigo”.

Los pequeños relatos hacen el relato de una vida, una vida que debe seguir teniendo un ritmo marcado por los trabajos escolares, los ejercicios físicos, por supuesto más allá de los momentos de distensión y de juegos.

El niño debe ser interpelado respecto del momento que atraviesa, la presencia en los temas más altos, también la muerte, el duelo y sus rituales indispensables.

El terapeuta y el docente no repiten la canción « Todo está bien señora Marquesa » («Tout va très bien madame la Marquise!»), pero sus voces no entristecen ni se lamentan nunca. La voz viene a reafirmar una presencia, repasar una línea ya marcada, poner ritmo en una temporalidad que a veces pierde los bordes. Todavía estoy allí, tú también. Y al final de la conversación, otra cita telefónica se establece: así el tiempo y el espacio están delimitados.

Si un día es demasiado doloroso, el adulto puede diferir un poco la llamada, previniéndolo siempre, porque el niño se alarmará por un silencio que no es habitual.

¿Sostener el hilo por la mirada ?

«Por qué me abandonaste?», corazón tierno de las edades tiernas, que fabrica las vocaciones futuras. Los retrasos o las dificultades de lenguaje de algunos niños, no deben ser un freno para los profesionales: el terapeuta, el docente, crean un relato por medio de sus palabras, con el apoyo de su voz. El niño escucha en silencio o aún emite sonidos, palabras, aún si no son inmediatamente comprensibles y serán entonces los adultos de su alrededor, quienes retomarán lo que oyeron con sus palabras, se harán intérpretes,confirmando al retomarlas»Sí estás con nosotros», « te inquieta no ir ya a la escuela, no ver a tus compañeros », « estás contento al escuchar a la maestra”, etc. A veces los padres desarrollan fácilmente este rol de intérpretes, a veces están algo retirados y es entonces el terapeuta, el docente quienes deben hacerse cargo. Se intenta, se trata, se bromea sobre nuestras torpezas. La experiencia muestra que en algunos casos de niños que sufren problemas de ritmo, de aspecto autístico o defensas del mismo orden, una conversación conjunta del niño y el adulto es a menudo el equivalente de una verdadera sesión de trabajo. El circuito con el o los padres es determinante por medio de juegos compartidos, canciones, fragmentos de poesía. Como se dice en música, es un canto en canon a tres voces al menos: el niño, el padre, el docente o el terapeuta.

La técnica permite tener al niño por video/ audio. ¿Por qué no aprovechar eso ? Diríamos no, en un primer tiempo, sobre todo para los pequeños, porque hay demasiada información a integrar por la imagen, por otra parte, una dimensión de lo íntimo se devela por ambas partes. Pero, sin embargo, la experiencia muestra que en algunos casos específicos de niños que sufren perturbaciones de aspecto autístico, deben quedar solicitados por la mirada, de lo contrario se ausentan, como lo sabemos.

El docente, el terapeuta deciden para cada caso. Para algunos niños ya muy requeridos por las imágenes, a veces es mejor evitar para crear también un efecto sorpresa por la antigua utilización del teléfono. Pero, para otros, aquellos que la maestra aún en clase sostiene por la mirada, para ellos, por qué privarse!Lo importante es decir siempre algo: “Pablo, es raro verse en el teléfono de tu mamá”.

El niño pequeño está muy atento a todo lo que es imagen, a menudo cautivo muy pronto, y eso puede ser generador de las adicciones futuras. Debemos entonces decidir en cada caso con prudencia y compromiso, para no caer entre dos obstáculos: perder el hilo con el niño o alienarlo a la visión. Sabemos particularmente que las propuestas de sicomotricidad ganan mucho al estar acompañadas claramente por la imagen, así como la relajación terapéutica por ejemplo.

Abrir un punto en el horizonte: la función de «hacer relato»

Pensamos que en esta situación excepcional, el mensaje principal se ubica en este lugar: Nunca dejar que se interrumpa el hilo del relato compartido, el relato cuyo tejido comenzó en los primeros días de septiembre.

El niño de jardín de infantes es un tesoro de experiencias, es tan goloso de pequeñas historias que las hace repetir a gusto y también lo es de las tribulaciones que se inventa a lo largo de todo el día. Todo es epopeya en la vida del niño pequeño. Luego serán los cuentos, las leyendas y los mitos, todo ese patrimonio cultural que permite poner palabras a todas las grandes preguntas de la existencia y sus enigmas, a los misterios de afuera, de la Ciudad, del Mundo. Ese patrimonio alimenta un imaginario compartido entre adultos y niños y se sostiene con utopías necesarias. Cuando este imaginario narrativo falta, sin utopía, sólo queda la angustia y el miedo.
Debemos entonces retomar infatigablemente con el niño, este hilo del relato : « Había… y un día… y después… ». El docente y el psicólogo son esperados en ese punto exacto, cada uno en su tarea, no intercambiable, pero unidos por la misma misión sagrada.