¿Qué ves cuando me ves (y me oís)?
Intertextualidad: resonancias, escenas y reflexiones de una directora y maestras de una escuela primaria a partir de «Efectos de presencia en la virtualidad» de Perla Zelmanovich (ver texto completo aquí)
María Riera – mariaaleluy@gmail.com
Directora de la escuela Primaria Virgen Misionera
Bariloche- Rio Negro
En esta oportunidad pensamos en rastrear efectos en lxs niñxs de la escuela. Un tiempo de este modo virtual que da indicios. La propuesta es para producir una escritura en parejas pedagógicas.
Intertextualidades: escrituras que son efectos de otras, efectos de lecturas.
La escritura es un efecto, una producción que nos deja mostrar y mostrarnos
Hoy vivimos, de algún modo, un experimento forzado, debido a una pandemia mundial. Aunque la presencia de los cuerpos se ha modificado, los Efectos están presentes. Es importante alertarnos en el cambio del registro, hoy el dispositivo es otro, nos acercamos de otros modos.
Por eso en este momento de la escuela nos parece importante escribir la experiencia, dejar registro, sobre todo haciendo hincapié en los efectos de la virtualidad.
Les compartimos a lxs docente de la escuela un texto de Perla Zelmanovich “Efectos de presencia en la virtualidad” (ver texto completo en Investigación), que, a pesar de no ser escrito para este momento excepcional, da pistas interesantes para mirar, hacer foco en estos tiempos.
Hoy, unos días después, me encuentro con todos los escritos que surgieron a partir de sus lecturas, los leo una y otra vez, me hago apuntes, me los guardo, los dejo, me detengo y pienso, descubro…¿Será que podemos detenernos a mirar más? ¿Hay un tiempo que se hace más lento?
Leo y veo personas al descubierto, me da la sensación que se han corrido algunos velos… me surgen preguntas:
¿Cómo descubrieron a esos niñas-os lxs docentes? ¿Ellxs se dejan ver más? ¿Se manifiestan más? ¿Se manifiestan tal cual son? ¿Se dejan ver tal cual son?
¿O será algo en los docentes…? ¿Cuál es el encargo que hoy tienen? ¿Se han caído algunos semblantes? ¿Nos dejamos ver de un modo más doméstico, más cotidiano? ¿Tenemos un tiempo distinto para verla-os, para descubrirlxs? ¿O será que tiene que ver con el registro, con el dispositivo de acercamiento que estamos experimentando?
¿La dimensión social e institucional se han desdibujado…es algo que nos modifica a nosotrxs?
Aquí van las escrituras docentes que son efectos y dejan ver efectos.
Ma. del Rosario D. Hintze – rosihintze2011@gmail.com
María Lorena Basante – lorenabasante@hotmail.com
Escuela Pública de Gestión Social Virgen Misionera
2° grado – Mayo 2020
En este cantar a dúo… lo primero que surge, es pensar en este proceso simultáneo que venimos haciendo, de conocernos nosotras, de descubrirnos como docentes, compañeras, madres, mujeres; que compartimos esta tarea de educar, pero también transitamos este contexto de encierro y distanciamiento social.
Todo esto, sin mucha oportunidad previa de trabajo juntas. Si bien, en nuestro primer mes de trabajo fuimos acordando criterios y propuestas, descubriendo miradas comunes y proyectando en equipo; las semanas de intercambio en el trabajo con el grupo en el aula fueron muy breves.
Y lo pensamos desde este inicio del año escolar en la escuela, porque también habla de un proceso que nosotras como garantes de la propuesta pedagógica, venimos haciendo; con sus “pro” y sus “contra”. Tal vez, “la contra” de no contar con la experiencia del trabajo juntas con el grupo, pero también “el pro” de este tiempo sin tiempo, que nos tiene conectadas y comunicadas diariamente, muchas horas.
Así nos encontró esta circunstancia: con la intención de articularnos, pensar juntas, descubrirnos en las miradas.
A su vez, no se ha presentado como dificultad este poco conocernos, hay sin lugar a dudas un criterio en la mirada y en “lo importante” que es compartido, ahorrándonos un extra en todo esto. Varias veces, al ser contactadas por la misma familia, sin nosotras intercambiar previamente, hemos dado las mismas respuestas. Sabemos que es un gran punto a favor a la hora de transmitir calma y tranquilidad, cuando sienten una sola voz del otro lado, y que además ese lado es a favor de las familias y les niñes.
Un dúo que, muchas veces, se llama “Las trillizas de oro” la triada con María, donde encontramos ahí, el lugar para ir pensando-nos, viendo qué hacer ante ciertas situaciones, y sobre todo de qué modo dar esas respuestas a las familias que van más allá de lo pedagógico.
Perla, nos propone ir mucho más allá de “las buenas intenciones”. Nos habla de “la ética de las consecuencias”. Y es ahí donde muchas veces caímos juntas en la lectura de indicios que esperábamos, ansiábamos; y otras veces alguna de las dos, pudo mirar un poquito más allá, tal vez desde la intuición, de la lectura de las voces, o las miradas, los silencios, las ausencias, las presencias…
En la escuela, buscar, detectar y leer efectos de nuestra práctica, de nuestras intervenciones es casi lo que hacemos a diario. La recepción de una actividad se palpa en el momento, en el clima, el entusiasmo, en los enojos, las indiferencias, las frustraciones. Es lo que nos permite hacer movimientos, cambios, ajustes o pasar a otra cosa, porque el clima grupal lo amerita.
¿Cómo encontrar esos efectos desde lo virtual? siendo además, lo virtual dado en un contexto de aislamiento y encierro; y mediado por los y las adultas. Donde cada familia y cada casa debe atender varios frentes (que por momentos se presentan como potenciales enemigos): el virus, la falta o inestabilidad laboral, la comida diaria, el frío que se acerca, los quehaceres cotidianos, las tareas…
La duda y la incertidumbre como un fantasma que nos toca la espalda diariamente, algunos días más escondido, otros, presente más de lo que quisiéramos.
Pensamos en esa presencia desde la virtualidad y en el engaño tanto de lo que vemos, como de lo que no vemos. Siempre se juega nuestro imaginario, sobre lo que queda oculto y sobre la interpretación de lo que podemos ver o escuchar.
En nuestra virtualidad, sentimos que no se observa tanto la escritura, como propone Perla; hay tanto cuerpo, tanta voz, tanta imagen… Foto, vídeo, videollamada… exposición: disfrutable, incómoda, consentida, coartada, exigida… ¿Cómo saberlo?
De todos modos, creemos que las imágenes hablan, y dicen mucho, pero hay que hacer un continuo trabajo consciente de, que lo estamos viendo ahí, no es tal cual lo vemos. Hasta la foto más espontánea, tiene un mínimo de montaje. Es tratar de ver en los márgenes, imaginar cómo sucedió esa puesta, qué habrá quedado por fuera, hipotetizar, cuestionar la imagen, dejar de absorberlas sin más. Saber que esa primera percepción que tenemos al ver una foto, habla más de nosotras que de lo que se busca mostrar.
Por otro lado, las certezas: lo que nos acerca no es la presencia física, sino una producción que involucra al sujeto y a la subjetividad. Creemos que este fue siempre nuestro “norte”, con aciertos y errores. Aparece casi espontáneamente Silvia Duschatzky, entendiendo un proceso de subjetivación como “la producción individual o colectiva de modos de existencia… formas vitales de habitar el mundo, una situación, un tiempo…”. Por ese camino fueron muchas de las propuestas y vimos contentas los efectos, los indicios, de algunos, de algunas, de muchos/as.
Sin dudas, el atender la necesidad individual y particular de cada une, que en este caso, también incluye a la necesidad de una familia, genera movimientos positivos, que se ven a partir de dar señales en el grupo, o de mandar por privado lo que vienen haciendo. O simplemente empezar a responder los mensajes que nosotras mandamos.
Y desde ahí, volvemos a empezar… en este círculo que parece proponernos la tarea docente: siempre la pregunta. Pero en estos tiempos, en esta distancia que transitan nuestros cuerpos, las preguntas están más cargadas de incertidumbre, porque no podemos palpar lo individual ni lo colectivo. Volvemos a pensar en ¿qué estará sucediendo en esos hogares, esas familias? ¿qué les estará sucediendo a esos niños y niñas?
Artesanal tarea: releer, repensar, afinar la voz, cantar a dúo, cantar solxs, cantar todxs juntxs, cambiar el repertorio, la letra, los instrumentos, la velocidad, hacer silencios. Cantar con ojos cerrados, confiando en la capacidad de la voz de viajar a través del espacio, para llegar a donde más se necesita.
Como tejer un tapiz, cambiando de colores, de texturas, de formas y que de ese entramado salgamos todes juntes abrazades.
Algunos indicios, ecos, que nos traen las imágenes…
Ficción en contextos de aislamiento: Jugando al almacén, después de armar billetes y etiquetar productos. El contexto entró en la ficción y algunxs incluyeron las medidas de higiene para el cuidado de la salud en cuarentena con barbijos, guantes y alcohol.
Estar juntes, a pesar de la distancia: guirnalda de papel de K., personalizando a sus compañeros y compañeras, a partir de una propuesta de Plástica.
Jugar juntes aunque estemos separades: cartones de lotería indicando línea o bingo. Acordamos un horario y jugamos cantando los números por whatssap. En la propuesta, se suman desde familias completas, hasta algún hermane, madre, abuela. Las devoluciones nos hablan de momentos de diversión, de expectativa, de alegría.
De la Literatura, jugar con lo imaginario desde lo real: atender a la particularidad, efectos: primera foto de O. participando en el grupo, luego de realizar una intervención puntual hacía él y su tía.
Felicitas Saravi – Felicitasaravi@hotmail.com
Georgina Bosio – Bosiogeor@gmail.com
Primer grado. En Cuarentena. Escuela Virgen misionera.
Mayo 2020
Las voces nos llegan, atravesando el vacío y nos conectan con eso que somos. Para hacer escuela, tenemos que estar todxs. Nada más claro que comunicarnos desde la distancia con niños de seis años, para encarnar la comunidad educativa: niños, familias, maestrxs.
Familias que hacen de puente, de transmisores, de rotondas, derivadores…Están también las que completan el mensaje, o las que lo vacían.
Encontramos devoluciones variadas, cargadas de ese sentido que se imprime en la realidad situacional de cada unx.
Ser maestras desde la palabra. Despojadas de abrazos y miradas, a destiempo.
Vamos tejiendo un vínculo “de a palabras”
Entretejidos artesanales, que se terminan de hacer trama con la devolución o la falta.
Fuimos adaptando las propuestas, recortando videos, compilando imágenes, grabando nuestras voces para desafiar la distancia y llegar. A veces, llegamos.
No tenemos tan claro si por el modo, la propuesta, el lenguaje utilizado, el video, el audio, la conexión… el sol, la lluvia o la tormenta … Pero hay días que los teléfonos se llenan de devoluciones. Anhelados días, que nos invitan a conectarnos (desde ese lugar que des-cubrimos en lo sustancial del vínculo) y logramos recuperar, de a ratos, la Magia Escuela…
Las propuestas apuntan a estimular la subjetividad de los chicos y chicas. Creemos que por ello las repuestas, (¿efectos?), parecieran impactar en sus particularidades. Como decía Mari en algún momento: «Ellos creen que la tarea está dirigida a cada uno»; lo cual, en el fondo, en la intimidad del trabajo artesanal en la hechura de la propuesta, del todo cierto.
Las respuestas dan pistas interesantes. Vuelven las pantallas más permeables, traducen estados, deseos, frustraciones.
Mediante mensajes de voz, sus mundos nos interpelan, nos provocan. Sus tonos dan cuenta de estados de ánimo, de ese algo del deseo que se enciende, para llegar del otro lado…
A veces son los chicxs, a veces las madres, otras las abuelas. Las mamás nos cuentan, cómo van encontrando los modos para acompañar a sus hijos.
La mamá de los mellis, nos comentaba: » Me di cuenta que es mejor hacer la tarea con cada uno por separado, así se concentran más, si no, se distraen y es muy difícil»
Encuentran en sus hijos mellizos (siempre juntos y a un tiempo) otro compás. Esa disonancia se tiñe de sentido, cuando la mamá encuentra que es mejor, para cada uno “ su tiempo”.
El “cada uno en su tiempo, que les propone la escuela en diferido” les da un lugar particular, incluso en su familia.
Otra mamá nos dice » Es que se tiene que esforzar mucho, se tiene que concentrar. Lo veo que a veces le cuesta, yo lo ayudo con las letras… Seño: ¿Está bien que le diga qué letra va? Vamos juntando las letras, y armamos las palabras”
E, pone en valor a L, nos cuenta cómo lo ve esforzarse. Pone en juego su conocimiento, le da una mano, lo acompaña.
Como maestras de primer grado…Vaya que encontramos un efecto!! al escuchar a una mamá valorando el esfuerzo de su hijo, acompañándolo en ese camino, haciendo juntxs escuela…
B no aparecía, no se comunicaba con nosotras, no encontrábamos la conexión entre el mundo escuela y su realidad. Una video llamada con B fue el empujón para que comenzar a intercambiar sus producciones vía whatts app inclusive mandando videos, compartiendo oralmente lo realizado animándose a mostrarse, compartirse de este modo.
El simple hecho de vernos, verse, “ser pensado y puesto en palabras” activó tal vez, junto a su deseo, la participación.
Unas semanas después la mamá nos alerta… Nos cuenta desordenadamente algo acerca de un accidente de hace tiempo, lo plantea desde un lugar cargado de preocupación: “Yo creo que le está doliendo la mano, tiene unas cicatrices muy feas en las manos, por un accidente que tuvo, dice que le duele…” ¿Cómo no nos contó esto antes? ¿Qué fue lo que la habilitó a hacerlo ahora?
U., que aparece cada tanto compartiendo sus tareas, ella sabe claramente lo que quiere compartir. Se queda con la parte que más le gusta, saboreando la propuesta, retrucando, yendo por más. «Hice el cuento de las ovejas, ahora quiero hacer uno de una mariposa». «Hice solo las necesarias», compartía Silvi Fernandez. U. está por ese camino, modela las tareas a su gusto! Ella nos demuestra saber qué es lo que necesita, hacia dónde tiene que ir para seguir aprendiendo,
Unos días después recibimos un audio de U….
“Hola Seño, no estuve haciendo las tareas porque estuve haciendo aaaaalgo…. Es…. SORPRESA!! Ahora te mando un video…”.
En el video U. demuestra todo el aprendizaje en acción. Cuerpo deseo, registro.
Mientras alguien (suponemos que su mamá) corre filmando y pidiendo que “no vaya tan rápido, que no la alcanza”, U. sonríe, pedalea, hace equilibrio, aprende, vive, pone su deseo en juego.
P. nos plantea algo similar, nos va dando pistas “seño, yo hice ésto pero después no pude con la otra porque tenía que cocinar unas galletitas» y nos envía una foto de su producción: las galletitas.
Ella encuentra cosas más divertidas para hacer y maneja sus tiempos, sabe qué es lo importante.
A. comenzó a realizar las primeras tareas a pedido de su mamá. Tenían que insistirle mucho en su casa, siempre prefería bailar, nos contaban.
Un día, su mamá nos envía un audio contando que A. está súper entusiasmada haciendo la tarea, “Porque encontró un rinconcito al lado del fuego en una sillita que usaba cuando era chiquita, ya casi no entra, es muy cómico verla, pero le gusta hacer su tarea ahí”
A. encontró su lugar. No el lugar donde dibuja en su casa, encontró su lugar escuela, tal vez, su refugio.
V. con su ternura y aparente timidez, cada tanto nos sorprende con un video. Se expresa con una seguridad llamativa.
Lo mismo N, hermoso verlas desplegarse…
Hay algo que la virtualidad, ese espacio entre distancia y cercanía, posibilita.
R. está siendo acompañada por su abuela, un gran sostén para ella. Creemos que es quien la está animando a desenvolverse y ganar seguridad en ella misma. En un momento nos preguntaba ¿cómo hacer para enseñarle las letras? Están pasando cosas muy bellas. Aprendizajes para toda la familia.
Solemos decir, saber y sentir que aprendemos mucho de nuestrxs niñxs; ahora en este sentido, se expanden también nuestros aprendizajes.
Qué hermoso sería llevar estos modos luego al aula…
Y reencontrarnos, con otros modos, que solo habitan en el aula.
No queremos olvidarnos de estos «AJÁS» que hoy tenemos, en los que vislumbramos una expansión en lo que refiere al aprendizaje.
Se expanden los actores que participan, se expanden las propuestas, se expande el amor en ellas y por fuera en cada encuentro que surge como su efecto.
Un día recibimos otro audio. Esta vez uno lleno de números.
Les preguntamos si alguno se animaba a contar las colecciones de los objetos que cada uno había armado.
L. decide contar… Empieza a contar y sigue y se pasa de las colecciones, y sigue. Traspasa la propuesta, nos demuestra lo mucho que puede con los números; desafía el espacio que nos separa, lo llena de números y logra conectarnos.
Hay algo de lo particular que se pone en juego, como siempre, y se visibiliza más que nunca. Cada unx recibe su tarea, cada unx cuenta con un mensaje que lo incentiva (o no) a aprender de algún modo.
Sabemos que a L. la colección hasta 30 le queda muy chica, cómo sabemos que M, quiere, necesita, desea, busca, aprender a leer.
Nos preguntamos: ¿Qué de los contenidos ponemos en juego? ¿Qué trabajar? ¿Cuánto avanzar…? ¿Qué hacemos con el proceso de alfabetización? ¿Cuál es el punto que une la alfabetización y la virtualidad?
En medio de esa marea de preguntas, llega un mensaje que dice:
«¿Sabes qué quiero seño? Quiero aprender a leer, quiero que me mandes un montón de cosas, para poder leer. Me gustaría que me mandes tareas especiales».
Por otro lado, así como se hacen visibles los efectos de muchos, están los que parecieran estar invisibilizados. De los que no tenemos devolución diaria como pueden ser S., T. Pero cuando se los llama nos dicen que están haciendo sus tareas, nos queda que confiar en sus modos, posibilidades.
Ñ. y M. en esta reflexión del efecto, una de nuestras preguntas es ¿Qué es lo que llega?
El otro día a partir de la pregunta ¿cómo está M? Su mamá nos responde:
“M. está bien. Hace las tareas que le doy, le doy para que aprenda las letras, hace las vocales…»
¿Le muestra lo que proponemos? ¿Que representa para ella la escolaridad?
No estamos llegando a M… algún derivador nos desvía. Será cuestión de dar vueltas y vueltas hasta encontrar el camino.
La mamá de Ñ. manda videos y fotos de su hija bailando regetton.
Seguramente no sea efecto de nuestras propuestas concretas, pero…. Será que cuando le hablamos a su mamá acerca de la posibilidad de “ver” a su hija…. Algo se nos escapa…
¿Será para esta mamá, este el modo? ¿Tendremos que buscar nuevos modos? ¿Nuevas preguntas? ¿Nuevas formas?
Sabemos con claridad que, como siempre y mucho más… hay cosas que no podemos controlar…
Seguiremos buscando esos rumbos posibles, para que el aprendizaje signifique ir por muchos lados, saboreando el contenido, haciéndolo propio.
Será que en este tiempo se pone de manifiesto que en La Escuela como En la Vida, se trata mucho más de aprender, que de enseñar.