Ante el encargo de la presencia
Se activan las escuelas presenciales…y son muchos los movimientos…no sólo de muebles, burbujas y alcoholes.
– Hola seño! ¿es verdad que empezamos? – una vocecita feliz del otro lado del teléfono…
– Si, si todo va bien, ¡el miércoles nos vemos! – le digo.
– Yo estoy preocupada por mi gatito, nunca nos separamos – me comparte
– Le voy a dejar comida, agua y la cajita con tierra para sus merecidos. Igual creo que un poco va a llorar…- me cuenta apenada
-Y si, es probable -le digo- igual son poquitas horas…
– Si -me dice (y se abre un silencio)…también pensé que si extraña mucho puede acostarse en mi cama
-Claro -le digo- seguro le va a gustar…tiene tu perfumito.
Nos reímos con complicidad de miles de dudas.
De cercanías y distancias corporales estamos hechos, de perfumes y sus ausencias.
El mejor protocolo será la escucha.
Otros termómetros serán necesarios.
En distancia se juegan conexiones…
En distancia se juegan cercanías…
¡Qué suerte que los tenemos a ellos, que pueden jugar así tan cerca…tan sin barbijo!
En distancia se juegan cercanías…
Entramar presencias e intermitencias
Armar el viaje junt@s.
Es mutuo el no saber.
Estar ahí cuando se puede.
Como ese rayito de sol.
Que irrumpa belleza también.
Eso.
Silvina Rita Fernández
silvinarita.fernandez@gmail.com
Egresada del Diploma Superior en Psicoanálisis y Prácticas Socio-educativas
Maestra de primer grado de una escuela pública de gestión social de la periferia de Bariloche